Lic. Andreina Domínguez

Lic. Andreina Domínguez

martes, 15 de diciembre de 2015

LAS GRASAS


La grasa de la dieta supone una forma concentrada de energía,  son los nutrientes que más calorías aportan por gramo, SI! son 9kcal/g de grasa frente a los carbohidratos y proteínas los cuales aportan 4kcal/g aproximadamente.
 La recomendación para la población general es que formen parte de un 30% de la alimentación, sus funciones son variadas, y básicamente son requeridos diferentes clases de lípidos para cumplir esas funciones, entre las más importantes están servir de fuente de energía metabólica, proveer de elementos estructurales para las membranas celulares, sirven de lubricantes de las superficies corporales, como vehículo para el transporte de vitaminas liposolubles (A, D, E y K), actúan como precursores de hormonas, desempeñan importantes funciones de señalización, tanto en el exterior como en el interior de las células, retrasa el vaciamiento gástrico (el estómago pasa lleno por más tiempo), es estimulante de flujo biliar y pancreático, facilitando el proceso de digestión.

Sin duda, el problema con las grasas se suscita en el consumo descontrolado de ciertos tipos de ellas, de las cuales se han derivado muchas complicaciones para la salud.

Y cuáles son esos tipos de grasas? Bueno, las grasas encontradas en los alimentos son combinaciones de ácidos grasos saturados e insaturados. Químicamente se les designa de la siguiente manera:
nGrasa saturada: compuesta en su mayoría de ácidos grasos saturados.
nGrasa insaturada: compuesta en su mayoría de ácidos grasos insaturados.
nGrasa monoinsaturada: compuesta en su mayoría de ácidos grasos monoinsaturados.
nGrasa poliinsaturada: compuesta en su mayoría de ácidos grasos poliinsaturados.
nÁcidos grasos trans: compuestos de ácidos grasos hidrogenados.

GRASA SATURADA
Las grasas saturadas, que pueden ser sólidas a temperatura ambiente, se encuentran en grandes porcentajes en los productos animales como la res, el pollo y la leche entera. Las excepciones son los aceites de coco y de palma, y la mantequilla de cacao, que son fuentes vegetales importantes de grasa saturada.
Los productos fabricados con grasas saturadas tienen una vida útil más larga debido a que la grasa que contienen es bastante estable, por ello es la preferida para ser almacenada en los llamados cuachitos. Estudios ha mostraron que altas ingestas de ácidos grasos saturados (más de 15% de la ingesta energética diaria) se asocia directamente con un aumento de los niveles de colesterol plasmático y mortalidad por enfermedades cardiovasculares sobre todo si hay antecedentes, también hay una relación positiva posible entre la ingesta de grasa saturada y el riesgo incrementado de diabetes.
 Ahora, hay grasas saturadas que representan más riesgo que otras por ejemplo se ha observado que los ácidos grasos de cadena larga como los que están presentes en la grasa animal, mantequilla, aceite de palma (altamente usado como aceite de freír, en la elaboración de margarinas, platos precocinados: sopas, papas fritas, helados, bizcochos, galletas, etc.,  y  manteca de cacao) tienden a aumentar los niveles plasmáticos de colesterol total, y LDL (colesterol malo). Mientras que la grasa saturada de cadena media y corta no está vinculada con estas alteraciones, parte de estos ácidos grasos están en el aceite de coco y en pequeño porcentaje en la leche de rumiantes.
Que hacemos con ellas entonces? Algunos hallazgos sugieren que los ácidos grasos saturados pueden tener funciones reguladoras importantes y específicos en las células, pero parece tener mayor impacto sus efectos negativos a la salud por el consumo inadecuado. Básicamente lo que se recomienda es que la grasa saturada se sustituya en gran medida por ácidos grasos insaturados (ya les hablaré de ellos) y que la ingesta total  no exceda el 10% de la energía total, eso significaría máximo unos 22g para un requerimiento 2000kcal, por ejemplo 1 cda de mantequilla son unos 9g de grasa saturada, así que saca cuentas.
Lo más recomendable es elegir piezas de carne sin grasa o quitar la grasa visible, quitar la piel del pollo u otras aves, cocinar la carne a la plancha en lugar de freírla y limitar la cantidad de embutidos, pasteles salados, bollería, galletas, dulces, chocolate (déjalo para de vez en cuando,) y  seleccionar productos lácteos descremados.

GRASA INSATURADA: MONO Y POLIINSATURADA
Los ácidos grasos monoinsaturados siendo el más conocido el  ácido oleico supone grandes beneficios para la salud, la recomendación es aumentar la ingestión de grasas monoinsaturadas al tiempo que se reduce el consumo de grasas saturadas. La evidencia sugiere que quienes tienen una ingesta alta de grasas monoinsaturadas y baja ingesta de grasas saturadas  puede tener menor riesgo de cardiopatía coronaria, mejor perfil lipídico (disminuye colesterol malo), mejor sensibilidad a la insulina y menor adiposidad (almacenamiento).
Las grasas monoinsaturadas se encuentran en cantidades importantes en los aceites de canola, oliva y frutos secos como maní (cacahuate), pistacho, almendras, en las aceitunas y el rico aguacate.

GRASA INSATURADA: MONO Y POLIINSATURADA
Los ácidos grasos poliinsaturados participan en múltiples procesos fisiológicos, donde cumplen un rol estructural en los fosfolípidos de las membranas celulares y son sustratos para la síntesis de diversos mediadores fisiológicos. De estos encontramos dos grupos principales; los ácidos grasos omega-3 y omega-6, los cuales son ácidos grasos esenciales para el ser humano debido a que carecemos de la maquinaria enzimática necesaria para biosintetizarlos.
El principal ácido grasos omega-3 es el ácido α-linolénico el cual se puede transformar en eicosapentaenoico y en docosahexaenoico. El principal ácido graso ω-6 es el ácido linoleico y uno de sus derivados más importantes es el ácido araquidónico.
 Las fuentes alimentarias de  omega-3  son los pescados azules como  atún, cazón, salmón, sardina, caballa, arenque, carite, semillas de linaza, semillas de auyama. Las fuentes alimentarias  principales de omega-6  aceite de maíz, semillas de girasol y su aceite, soya, ajonjolí, nueces.
Cada derivado de omega-3  y 6 tienen propiedades y funciones específicas pero de forma general su consumo se asocia a baja incidencia de enfermedades cardiovasculares a  una menor manifestación de enfermedades inflamatorias.  La reducción de los lípidos plasmáticos, especialmente los triglicéridos generada por el consumo de  ω-3, es uno de los efectos con mayor evidencia tanto en humanos como en animales. Los aceites de pescado han demostrado que disminuyen el colesterol plasmático y los niveles de Triglicéridos.
La ingesta de aceite de pescado por ejemplo, reduce la ocurrencia de lesiones ateroescleróticas, disminuye la frecuencia de paros cardíacos y reduce la mortalidad global en pacientes con riesgo de enfermedad cardiovascular, tienen efectos positivos para la preservación de la masa cerebral y su funcionamiento.  Además de mejorar el perfil lipídico, los ω-3 ejercerían leves disminuciones en la presión arterial.
Ahora que deberías comer más omega-3 u omega-6? Ambos deben ser consumidos pero los omega-3 son los que debemos consumir en mayor cantidad.



LA ANSIEDAD

La ansiedad es un mecanismo defensivo uno de los más comunes en los seres humanos. También se ha definido como una emoción. Es una especie de respuesta subjetiva de miedo o expectativa temerosa, que va desde una preocupación excesiva por el presente o el futuro, hasta sentimientos de terror. Ahora, la ansiedad puede ser positiva o negativa. La positiva o adaptativa, es normal y no representa ningún problema para la salud, nos ayuda a adaptarnos a resolver situaciones puntuales, moviliza nuestro cuerpo para tomar medidas convenientes como huir, atacar, afrontar, es por ejemplo la ansiedad que se genera entrando al altar de una boda, o la que tenemos antes de una presentación o exposición.La ansiedad negativa, es la crónica o permanente, es una ansiedad que se sale de control, es como sentirse  ansioso, amenazado o tener miedo todo el tiempo, este tipo de ansiedad es la que puede llevarnos a padecer diferentes enfermedades como ataques de pánico, depresión, trastornos de alimentación, daños en nuestro sistema gastrointestinal, etc.La ansiedad tiene muchos síntomas aquí les resumí algunos:Físicos: sudoración, tensión muscular, aumento de frecuencia respiratoria, aumento de presión arterial, palpitaciones, aumento de ganas de orinar, temblor, molestias gastrointestinales (nauseas, vómito, diarrea, flatulencias), sequedad de boca, adormecimiento manos, etc.Mentales: preocupación, ideas fijas, temor, inseguridad, miedo, dificultad para decidir, pensamientos negativos, dificultad para concentrarse, pensar, estudiarConductas:intranquilidad, movimientos repetitivos como rascarse la cabeza o tocarse, tartamudeo, llanto, comerse las uñas, comer o beber en excesoSociales: irritabilidad, dificultades para seguir o iniciar una conversación, bloquearse. Es común escuchar “sufro de ansiedad y eso me hace comer”, “la ansiedad me hace engordar”¿Será esto cierto? Fíjense, cuando hay una situación de estrés crónica o prolongada, se estimula nuestro sistema nervioso generándose finalmente hormona llamada cortisol, LA FAMOSA HORMONA DEL ESTRÉS, esta hormona bloquea la insulina, la que se encarga de meter el azúcar en los tejidos, ¿RESULTADO?aumenta  el azúcar en sangre y como la insulina está bloqueada las células no reciben su principal fuente de energía (glucosa) empezamos a sentir hambre activándose la señal de que debemos comer para recibir esa energía que requerimos. Además de esto se mantienen altos niveles de azúcar en sangre que no puede entrar a las células, y como no es utilizada se deposita en nuestro cuerpo como grasa
Ahora, ¿Por qué prefieres dulces o carbohidratos cuando estas ansiosos?Pueden ser por dos causas:1. El cortisol que esta elevado por el estrés, aumenta la glucosa circulante y como no puede entrar a la célula, ésta no obtiene la energía que necesita y aumenta nuestro apetito sobre todo por carbohidratos simples de rápida absorción como golosinas. Dulces, chucherías para  obtener esa energía rápidamente2. La serotonina o neurotransmisor de la felicidad tiene varias funciones entre ellas regular el apetito, ella disminuye cuando se eleva la hormona del estrés, aumentando el hambre. Además se ha estudiado que los niveles de serotonina van disminuyendo hacia la tarde, generando sensación de tristeza y por tanto impulso adictivo hacia harinas y dulces a esa hora.Entonces al parecer si hay explicación para esos deseos de comer dulces o harinas.Sin embargo es fácil decir tengo ansiedad por comer y solo comiendo puedo resolverlo, PERO! Creo que hay que pensar en el verdadero origen y/o agente causal que te hace buscar consuelo en la comida.